Las redes sociales la tienen tomada con mi anfitriona bloguera, en línea con la censura social y el clima de delación tan de boga hoy en día.
Si la envidia fuera tiña, cuántos tiñosos habría. Sin ir más lejos los chivatos que se chivan sin tener de qué chivarse, aprovechando el puritanismo ofendidito y mojigato que está de moda.
Así se quedó Galiana cuando le llegó la notificación de su vigesimonosecuantos bloqueo en Facebook, dado el peregrino y escueto pretexto que los administradores de la red esgrimieron haciendo caso al aprendiz de inquisidor de turno.
@joseraigal