Echando de menos las caminatas por la Sierra de Guadarrama, a golpe de calcetín. Los montes van a seguir ahí, pero hace falta recordar de vez en cuando los calores, los músculos y la respiración agitada, agarrando los bastones para hacer un viaje de ida y vuelta que, indefectiblemente, remata la cerveza. Y no, no es lo mismo cuando se bebe después de haber pateado una senda con supuesta dificultad baja-media. Ya te digo 😉
@JoseRaigal
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